Sobre el indigente «Mostaza»

                                         

                                         CREEP Daniel “homeless” Mustard
Permitidme que comparta con vosotros algo que, de rebote, por casualidad, como sucede con las cosas más interesantes en la vida, descubrí hace un par de días. Esta es la historia de un gringo cualquiera, corrijo, pongamos… de un ciudadano del mundo como tú y como yo.

La diferencia fundamental estriba en que este tipo es un indigente de entre cientos en la portentosa ciudad de New York. Pero es uno con nombre y apellidos Daniel Mustard. (Es decir: Daniel Mostaza) al que después se le conoció como Daniel “homeless” Mustard, o directamente “Homeless Mustard” o “Indigente mostaza”

       Pero vayamos al tema antes de que la intriga os lleve al ataque de nervios o el aburrimiento pese demasiado sobre vuestros párpados. Año 2009, justo antes de Navidad. Un conocido programa de radio “Oppie & Anthony” como cada año realiza un acontecimiento benéfico en el cual una docena de “indigentes” son elegidos para otorgarles unas tarjetas regalo cargadas de dinero con las que puedan comprar lo que más necesiten, ya sea ropa de abrigo, calzado, medicinas o, quien sabe, directamente vino y “drogaína”. Ese año  entre los elegidos se encuentra nuestro amigo “Mostaza”. Cuando va al estudio a recoger su tarjeta, la cual se entrega en directo durante el programa, los locutores se sienten intimidados por la imponente presencia de aquel tipo de chaquetón gris, barba de hombre oso (de las de verdad, no de las que se llevan ahora y que son diseñadas por un ejército de estilistas) y ojos turbios que apenas se intuyen bajo gorra calada que ha conocido tiempos mejores. Esos ojos nublos podrían esconder un pasado igual de nublado, una historia de demeritos inconfesables. Pero la diferencia es que este tipo no pretende esconder lo que ha vivido y vive, pues abiertamente comparte con todos los oyentes su historia de adicciones al alcohol y a otras sustancias igual de nocivas pero menos legales. Es más, incluso para reforzar lo esperpéntico de su existencia, manifiesta que la pasada noche la disfrutó detenido y en el hospital (todavía lleva la pulsera de ingreso).

Solo al final de su intervención, y cuando los locutores y oyentes, no albergaban ninguna duda sobre en qué el amigo Mostaza se iba a gastar el dinero, éste dijo como quien no quiere la cosa que aparte de indigente, adicto y merodeador, era músico. A la gente del programa, al escuchar esto, no se les ocurrió otra cosa que invitarle a mostrar su arte, dejándole para ello una guitarra que tenían por el estudio.

El Sr. Mostaza tuvo entonces dos opciones: Sospechar que quizás lo que esa gente quería era burlarse de él y de su desgracia en directo, o por el contrario lanzarse a la aventura, coger esa vieja guitarra y entretener a los miles de oyentes que probablemente esperaban echarse unas risas a su costa. Como es típico en alguien que ya tiene poco que perder, eligió la segunda opción. 

Esto es lo que pasó.

Video de su intervención
        No seria casualidad que eligiese “Creep” pues la letra le viene al pelo. Casi instantáneamente después de esta intervención, “Homeless Mustard” se convirtió en un fenómeno en internet. Tal fue el caso que al año siguiente publicó su primer disco, marcando el comienzo de una carrera musical, y por supuesto, el fin de sus días de indigente, aunque siga siendo conocido hoy en día como Daniel “Homeless” Mustard.
http://danielmustardmusic.bandcamp.com/releases
        Lo que yo he sacado de esta historia, y que me imagino que por eso la comparto hoy aqui, es que no importa lo hondo del pozo en el que te hayas metido, en tus manos está salir de él. Y por otro lado, el arte se encuentra en los lugares más extraños, pero sobretodo, en las personas más insospechadas. No prejuzguemos.

Espero que esta pequeña gran historia os haya inspirado como a mi.

Hasta más leer…

Manuel Álvarez-Xagó

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